Prevención de accidentes con sustancias peligrosas en el hogar
Las sustancias peligrosas están presentes en la vida diaria y en nuestro hogar. En casa poseemos un poco de todo: recipientes a presión, líquidos corrosivos, gases y líquidos inflamables, sustancias nocivas y envases conteniendo gases tóxicos. José Antonio Marín, sargento jefe del parque de bomberos del CEIS en Mula, nos ofrece consejos para evitar accidentes en su manipulación.
Recipientes a presión
Algunos son de uso tan común como insecticidas, quita manchas, antiarrugas, abrillantadores para muebles, etc. La mayoría posee un gas en su interior que suele ser inflamable y que permite la propulsión de la sustancia líquida. Por tanto, los botes no deben perforarse, hay que alejarlos de las fuentes de calor y no debe proyectarse su contenido sobre llamas, pues existe el riesgo de que se genere una llamarada. Si se ven envueltos en fuego, pueden explotar y salir proyectados a gran velocidad.
En el envase se suele indicar esta circunstancia por medio de un pictograma donde aparece la silueta de una botella.
Pictograma de peligro para recipientes a presión
Líquidos corrosivos
Los desatascadores de cañerías pueden tener por principio activo ácidos o bases potentes. Algunos contienen hidróxido sódico en disolución, para disolver restos orgánicos como cabellos; de hecho algunas cremas depilatorias tienen como base esta sustancia. Otros llevan ácido sulfúrico, que en muchas ocasiones tiene una pureza muy alta, del orden del 90% o más. Ambos pueden producir quemaduras químicas por contacto, siendo las bases más peligrosas que los ácidos, pues a su acción deshidratante se le suma la capacidad que tienen de disolver las proteínas. Hay que evitar el contacto de estos potentes corrosivos con metales, pues los corroen y producen gases inflamables como el hidrógeno.
Otro corrosivo muy empleado para la limpieza doméstica es el ácido clorhídrico, también llamado salfumán o agua fuerte. A diferencia del sulfúrico, esta sustancia es muy volátil, por lo que la zona donde se emplee debe estar muy aireada por el riesgo de inhalación.
Los recipientes que contienen en su interior sustancias corrosivas vienen indicados por una etiqueta en la que aparece un tubo de ensayo vertiendo su contenido sobre una mano y un trozo de hierro, indicando el poder destructor que tienen sobre ambos.
Pictograma de peligro para corrosivos
Gases inflamables
Hay tres tipos de gases combustibles, alguno de los cuales pueden hallarse en la cocina de nuestro hogar: el gas natural, el propano y el butano. El primero se presenta canalizado y los dos restantes en recipientes a presión. Los tres llevan disuelta una sustancia con un fuerte olor repulsivo, lo que permite detectar por el sentido del olfato cualquier fuga.
El gas natural, tal y como se usa en el hogar, es una sustancia más ligera que el aire, por lo que en un escape tenderá emigrar hacia las partes altas de la vivienda. En cambio, el propano y el butano son más pesados, por lo que quedarán a ras del suelo. En los tres casos, si detectamos una fuga debemos cerrar la llave de paso, abrir puertas y ventanas, y no accionar ningún interruptor que pueda provocar una chispa eléctrica. Además de disipar el gas, esta acción evita que se generen destructivas ondas de presión si se inflama.
Pictograma de peligro para gases y líquidos inflamables
Líquidos inflamables
En este grupo se encuentran sustancias tan comunes como el etanol, o alcohol medicinal, y el metanol, o alcohol de quemar, empleado como disolvente. Ambos son inflamables y arden con una llama poco visible. El metanol, además, es tóxico por contacto, por lo que debe emplearse guantes de látex cuando se use. Igual consideración debe tenerse para la acetona.
El pictograma que identifica estos riesgos es igual que el empleado para los gases inflamables.
Sustancias nocivas
La lejía es una sustancia nociva por contacto muy usada en casa para la desinfección. Es un potente comburente que puede reaccionar peligrosamente con otras sustancias. Cuando lo hace con el salfumán origina cloro, un gas muy tóxico que puede provocar la muerte si se inhala en espacios cerrados. Por eso nunca deben mezclarse ambas sustancias.
El pictograma que identifica este riesgo es el siguiente:
Pictograma de peligro para sustancias nocivas
Cabe también la posibilidad de que en la mezcla del amoníaco con la lejía se puedan formar cloraminas, sustancias también tóxicas y con un poder explosivo.
Pictograma de peligro para sustancias explosivas
Gases tóxicos
Los limpiadores de suelos suelen llevar como principio activo amoniaco, que es un potente irritante pulmonar. Aunque es un gas que se suele presentar diluido en agua, se debe ventilar la habitación cuando se use para evitar concentraciones peligrosas.
El pictograma que identifica este riesgo es una calavera con las tibias cruzadas.
Pictograma de peligro para sustancias tóxicas